viernes, 20 de febrero de 2009

Nadie puede imaginar, lo que hay detrás de un gran hombre: optimista, ganador, bien parado para la ocasión. Un par de tequilazos para preparar la vista, no vaya a ser cosa que se ponga exigente en la elección. Se acerca sonriendo con picardía argentina y le dice al oído 'no hay nadie en el mundo más linda que vos', ¿quién va creer en semejante mentira? Avanza la noche y retrocede su chance de pescador. Va por la chapultepec, dobla por la cuahutemoc, tiene humildes pretensiones: algo de suerte para el amor. Le va a todas el testarudo confiado. Hay muchas presas que desconfían de su convicción y a cada intento se va desdibujando ¿a dónde habrá un bicho que camine para el asador? Dios mío... Y sonreía el sol de la mañana, y se paró en un puesto para comer, se aventó una tremenda enchilada, se calentó los sesos y empezó a correr. Si les sumas a esta dieta el mezcal y los virulos del bostero, pronto se convirtió en ratón que va morir en algún agujero. Saliendo de nezahuaycoyoti tomé por chapultepec en tantito estuve por la cuahutemoc; en la mera esquina con la chava me encontré, o el chavo... Ni modo que adivine, ya está desesperado, y viene revoleando lazos y boleadoras, le dio un pajarraco de buena tapia y barrigón. ‘‘¿Qué se lo llevó?'', se pregunta la gente. ¿Quién no carga un bagallo en el prontuario del corazón? Va por la chapultepec, dobla por la cuahutemoc, tiene humilde pretensiones: a esta hora si es mujer mejor. Baila, baila el lorito, generoso y mimosito. Va por la chapultepec, dobla por la cuahutemoc, tiene humildes pretensiones: a esta hora si es mujer, mejor; a esta hora si es mujer, mejor; a esta hora... Si es ser humano, mejor. ¡Rococó!

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